Clima
La inusitada extensión norte-sur de Chile, equivalente a cruzar Europa desde el extremo norte de Noruega hasta más allá del extremo sur de España, da origen a una gran variedad de climas, donde sólo están ausentes los tropicales húmedos. En el Norte, regiones I, II y III, hay lugares donde jamás se han registrado lluvias, como en el Desierto de Atacama, y otros donde las esporádicas lluvias que caen en el invierno dan origen a una explosión de flores en primavera, fenómeno conocido como “Desierto Florido”. En toda esta vasta porción del país, la costa tiene clima moderado, con la nubosidad matinal y tardes soleadas. A medida que aumenta la altura, la temperatura diurna sube y la nocturna disminuye. En el altiplano, la temperatura cae por debajo de los 0ºC de noche incluso en verano. En esa época, además, ocurre un fenómeno denominado “Invierno Boliviano”, con ocasionales tormentas de lluvia y granizo.
Más al sur, entre las IV y VIII regiones, encontramos paisajes mediterráneos, con valles y costas favorecidos por un clima templado, estaciones bien diferenciadas, veranos secos e inviernos relativamente lluviosos.
Entre las regiones VIII y X predomina un clima templado lluvioso que sustenta vastos bosques nativos y una floreciente industria agropecuaria. En las regiones XI y XII el clima es lluvioso y moderadamente frio, con mucho viento en costa y en la pampa patagónica. Hacia el extremo del continente disminuyen la temperatura y las precipitaciones.
Isla de Pascua y el Archipiélago Juan Fernández poseen un clima subtropical de agradables temperaturas, humedad moderada y relativamente poca variación durante el año.